martes, 18 de septiembre de 2007

Makena

No es que haya nacido aquí ni mucho menos, sino que tuve la oportunidad de visitar estas playas el año pasado y el anterior. Es uno de mis lugares preferidos. Es la playa de Hawaii, una que se llama Makena. Sé que estarán preguntándose cómo llegue ahí. Durante dos años estuve yendo allá, de Diciembre a Marzo a visitar unos amigos y a trabajar un poco. No es que haya elegido ir ahí específicamente, sino que me lo propusieron y decidí irme, acompañado de mi hermano. Sinceramente, en un principio, no sabía dónde se ubicaba esta isla. Me termino enterando, días antes de partir que es un estado más de EEUU y que fúe el número 49 de los Estados incorporados por aquélla potencia. El número 50 fué Alaska. ¿Lo sabían? Yo, no.
¿Por qué ha de interesarme este lugar? No es que me atraiga solamente las playas y el mar, aunque con eso a cualquiera le bastaría, sino que lo que mas me gustó fué el clima, no sólo en materia de tiempo, sino tambíen al clima en general, el estado de ánimo de las personas. Como Hawaii está geográficamente ubicado en el medio del mundo, a las Islas suelen visitarlas todo el mundo. Conocí gente de Indonesia, Japón, Korea, etc. Pero lo que más de hizo pensar fué y es, que esta misma gente, no importa su procedencia, se adaptó a las costumbres, códigos, y reglas hawaiianas, a los buenos tratos y al compañerismo al poco tiempo. También he conocido muchísimos argentinos que han estado merodeando por allí y no me llevé muy buenas impresiones. Y hablo tanto de adolescentes como de hombres mayores. ¿Por qué nos cuesta tanto ir a otros lugares del mundo y respetar al otro? ¿Por qué nos cuesta entender que no todos son iguales a nosotros y que lo que pasa en nuestro país no pasa no pasa en la misma medida en otros países? Aquí sí que tenemos para hablar. Mucho archivo y varios antecedentes. ¿Uds. que piensan?

2 comentarios:

Sebas dijo...

Es verdad que creémos que los que nos pasa a nosotros es LO MÁS IMPORTANTE que ocurre en el mundo. Hay que respetar otras formas de ver la vida, y eso es importante incluso como periodistas. Hay que ser respetuosos con los demás y también respetuosos del trabajo de los demás. Dicen que si no tenés nada bueno que decir mejor no digás nada. Además tenemos mucho que aprender antes de poder emitir opinión sobre un montón de situaciones. Y cuando llega el momento de criticar hacerlo desde lo constructivo y no desde lo destructivo. Es obvio que lo que nosotros podemos ver como "crítica constructiva" otros lo verán como insultos personales. Ahí es donde interviene la inteligencia "social" de cada uno: el saber qué decirle a quien.

Verónica Herzel dijo...

Tuve una experiencia similar a la tuya en el exterior, cuando estando en Cuba (con sus archiconocido bloqueo y las consiguientes carencias), sentí vergüenza ante los comentarios de varios argentinos que se quejaban a viva voz de las pocas servilletas de papel que ponían en las mesas de los restaurantes o de la mala calidad del papel higiénico, amén de que cuando podían se las llevaban para usarlas después. Además, no sé si hay alguna razón científica, pero también creo que el clima tropical mejora el carácter, porque todo el mundo era sumamente amable y atento, y recuerdo que bastó subirme al avión y tocarme un asiento al lado de una viejita argentina para que comenzara el maltrato que continuó no bien tomé el taxi en Ezeiza, para antes de que pasara una semana de mi regreso me hubiera olvidado completamente que se puede convivir de otra forma con los semejantes.